
Mosaico hidráulico,
de Lisboa a Barcelona
Rosa Pomar vive en Lisboa, tiene dos hijas y no sabe qué responder cuando le preguntan cual es su profesión. Desde luego, no es por falta de habilidades. Tiene una tienda en la que vende bonitos muñecos, bandoleras y otros productos que diseña y cose ella misma. También tiene un blog que me gusta mucho seguir, en el que habla un poco de todo y, especialmente, de lo que hoy me interesa mostraros: el mosaico hidráulico. Yo estaba buscando bonitas imágenes para ilustrar un artículo que, sin duda, habría resultado bastante árido cuando me encontré con su blog y su photostream en flickr. Allí, Rosa ha plasmado su particular “caza” del mosaico, oculto en los rincones de su ciudad, a veces despreciado y destruido, otras veces elevado a la categoría de objeto de diseño. Su mirada encuentra la belleza en los rincones más insospechados, a través de la huella del tiempo. Estas son algunas de las imágenes:
Rosa también muestra imágenes de su visita al taller del Mestre Luzio Zagalo, fabricante de mosaico hidráulico.
Vale la pena leer entera la entrada dedicada al artesano Zagalo. Si os interesa saber más sobre el mosaico hidráulico, podéis visitar la web de Azulima (en portugués), con muchas fotos sobre el proceso de fabricación. En castellano, para poder entenderlo mejor, otros dos fabricantes: Mosaic del Sur y Mosaics Torra.
A través del blog de Rosa también he descubierto este libro: Barcelona Tile Designs. (Ya es curioso tener que enterarse de la existencia de un libro sobre mi ciudad en el blog de una portuguesa).
El mosaico hidráulico está muy presente en los pisos del Eixample barcelonés (siempre que no haya sido cubierto con parquet flotante, que es lo más habitual). Este pavimento está muy ligado al Modernismo y, por lo tanto, a la ciudad de Barcelona. Uno de los fabricantes mencionados en el libro, Escofet (que ahora se dedica a otras muchas cosas) colaboró en su día con arquitectos de la talla de Domènech i Montaner o el mismo Gaudí para crear mosaicos hidráulicos como el mosaico hexagonal del interior de la Pedrera. Una adaptación del mismo pavimentó luego – y hasta la actualidad – el paseo de Gracia.
Conociendo un poco mejor la historia del mosaico hidráulico y habiendo visto las bellas imágenes que Rosa Pomar nos muestra, este pavimento tan a menudo infravalorado me parece aún más atractivo. Además de ser bello y duradero, está lleno de historia.