Man Ray
Se la presté a mi compañero y me la devolvió diciendo: “No la puedo leer. Es demasiado fantástica”, me acuerdo como si me lo estuviera diciendo en ese momento. Me quedé con el libro en la mano como si se me hundiera el mundo, porque no podía comprender que ése fuera un motivo para no leer la novela. Allí me di cuenta de lo que sucedía: desde muy niño lo fantástico no era para mi lo que la gente considera fantástico; para mi era una forma de la realidad que en determinadas circunstancias se podía manifestar, a mi o a otros, a través de un libro o un suceso, pero no era un escándalo dentro de una realidad establecida. Me di cuenta de que yo vivía sin haberlo sabido en una familiaridad total con lo fantástico porque me parecía tan aceptable, posible y real como el hecho de comer sopa a las ocho de la noche; con lo cual (y esto se lo pude decir a un crítico que se negaba a entender cosas evidentes) creo que yo era ya en esa época profundamente realista, más realista que los realistas puesto que los realistas como mi amigo aceptaban la realidad hasta un cierto punto y después todo lo demás era fantástico. Yo aceptaba una realidad más grande, más elástica, más expandida, donde entraba todo.
Clases de Literatura. Julio Cortázar
Fotografías de Man Ray.
preciosa entrada en la que unes dos mis más admirados magos.
Me alegro mucho de que te haya gustado, Estibaliz. También son los míos ;)) un abrazo
Os superáis cada semana en este apartado, es totalmente evocador, muchas felicidades!!